Transición energética en Colombia y el atraso que genero el conflicto armado, en las energías renovables no convencionales.
Autor: Fredy Alexander Sepúlveda Vélez (Estudiante, Máster. EERR, Universidad de Jaén)
La
transición implica que la producción de la energía del país tenga como
principal fuente las energías renovables y reduzca la dependencia al petróleo.
Las energías renovables representan
un escenario favorable en el contexto mundial a futuro que puede garantizar no
solo una disponibilidad de energía constante y por ende mayor bienestar, sino
aportar a la lucha frente al cambio climático, a la protección del medio
ambiente y al fortalecimiento de paz territorial en Colombia.
Son millones de
hectáreas que por más de cinco décadas han sufrido las consecuencias de la
guerra en Colombia a manos de grupos armados, quienes han dejado un saldo
innumerable de muertos, desaparecidos, desplazados y enormes pérdidas
económicas. Fue solo luego de cuatro años de negociaciones entre el Gobierno de
Colombia y las FARC, la guerrilla más grande del país, que en el año 2016 ante
la posibilidad de la firma de un acuerdo de paz con esta guerrilla, se pudo ver
una luz de esperanza en medio de una guerra que parecía no tener fin.
I. Introducción.
Pero se preguntarán ¿qué tiene que ver el anterior panorama con las
energías renovables? o más bien, ¿cómo la transición energética puede aportar a
la construcción de paz y la protección del medio ambiente en ciertas zonas?
La transición energética implica que la producción
de la energía de Colombia tenga como principal fuente las energías renovables y
reduzca progresivamente la utilización de combustibles fósiles, además de
aumentar la eficiencia energética.
II. La realidad energética en Colombia.
En relación a los problemas
ambientales es una realidad de diferentes panoramas. Si bien, Colombia, tiene
una producción de energía eléctrica basada en un 66% en hidroeléctricas, lo que
conlleva una producción baja de CO2 y metano en comparación a otros países.
Según el protocolo de Kioto, Colombia, no está obligado a reducir las emisiones
de gases de efecto invernadero. Además cuenta con una política en educación ambiental
nacional para la protección de los ecosistemas.
La entrega de armas, desmovilización y
posterior concentración de los guerrilleros de las FARC en zonas de concentración especiales, llamadas zonas
veredales transitorias de normalización – ZVTN, ha permitido el acceso a zonas
apartadas del país que sufrieron el abandono del estado durante los años de
ocupación por estos grupos armados, pero también, ha permitido llegar a aquellas áreas naturales que mantuvieron preservados sus ecosistemas por
el control que este grupo guerrillero ejercía sobre el territorio.
Desde un punto de vista favorable, se podría
decir que ahora el país tiene la oportunidad de recuperar el control sobre
estas zonas, impulsar el desarrollo de las comunidades que habitan en estos
territorios y por supuesto, explorar estas zonas y su riqueza ambiental hasta
hace poco tiempo desconocida para casi todo el mundo. Sin embargo, también se
antepone un gran desafío que es el de resguardar estos territorios de otros
actores que amenazan con generar conflictos sociales y ambientales, vinculados
con el aumento de actividades que atentan contra la biodiversidad y las
comunidades indígenas.
A. El potencial de
impulso de la transición energética a nivel mundial, regional y local.
Se puede ver
reflejado en los siguientes datos:
Fuente: Gobernación
del Meta.
A nivel mundial:
- La transformación de la energía ayuda a mitigar el cambio climático.
- Las energías renovables son ahora la fuente más competitiva en costos.
- Las energías renovables provenientes de las fuentes naturales, ayudan a derribar la brecha de la pobreza energética y entregando algo tan esencial a las comunidades como es, acceder a la electricidad.
- Los países ubicados en la zona tropical son los que más potencial poseen frente a la generación de energías renovables por ventajas como: mayor cantidad de horas de luz solar recibida durante el día (potencial solar), gran cantidad de vegetación (potencial en biomasa) y variedad de cuerpos de agua (potencial hidráulico y mareomotriz), además de un potencial importante para la energía eólica (viento).
- A pesar de que América Latina usa más energía renovable que cualquier otra región del mundo, enfrenta retos para generar la electricidad que necesita sin perjudicar uno de los ecosistemas más importantes para el mundo.
- Colombia tiene un potencial mareomotriz estimado en los 3000 Km de costas de 30 GW, un gran potencial eólico en la zona norte del país en la península de la Guajira y potencial solar que se podría generar en mayor escala en las zonas del Magdalena, la Guajira, San Andrés y Providencia los llanos orientales y una potencia de recursos biomásicos de las zonas de Antioquia, eje cafetero y el Valle del Cauca.
B. Los combustibles fósiles y
el compromiso frente al cambio climático.
C. La producción de energía, la protección del ecosistema colombiano y los conflictos ambientales.
D. Energías renovables en territorios apartados y afectados por la guerra.
III. Conclusiones.
Un panorama lleno de oportunidades en general, se puede indicar que a pesar de las dificultades y dinámicas que puedan surgir en el posconflicto, se presenta un panorama que da la oportunidad para entregar energía y desarrollo a estas regiones que sufrieron el abandono por más de cincuenta años.
Además, que sea un estímulo para impulsar el uso de aquellas fuentes de energía renovable que garanticen el menor impacto posible en las comunidades y la protección del medio ambiente y a la construcción de paz territorial.
IV. Referencias.
Si
bien Colombia solo es responsable del 0.46% de las emisiones
globales de CO2, según un informe de la UPME es
considerado el país con mayores reservas de carbón en América Latina y el sexto
exportador de carbón del mundo, además de estar entre los 20 países más
productores de petróleo que lo posiciona de cuarto en América Latina lo que lo convierte en un
gran generador de aportes indirectos a las emisiones globales.
Sin embargo, Colombia en el 2015 se comprometió
junto a más de 190 naciones a contribuir a la nueva agenda de desarrollo sostenible
representada en los objetivos de desarrollo sostenible y mediante la firma
del Acuerdo de París. la reducción del 20% (GEI) con respecto a
las emisiones proyectadas para el año 2030, con una posibilidad de aumentar su
ambición a un 30% si recibe apoyo internacional, que podría
ver representada gran parte de la disminución de sus
emisiones, en su transición hacia las energías renovables no convencionales.C. La producción de energía, la protección del ecosistema colombiano y los conflictos ambientales.
Si bien es
cierto que el conflicto armado contribuyo también a desacelerar y limitar las
actividades para la generación de proyectos de energía renovables no
convencionales, se toma un ejemplo, la poca extracción de biomasa se debe
también en gran parte a la mínima educación o mala información en temas energéticos
para poder dar y afrontar soluciones de construcción de grandes y pequeños centrales energéticas en las áreas rurales y
de difícil acceso, muchas de ellas caracterizadas por una alta biodiversidad.
Las
actividades de exploración intervención, afectación de ecosistemas estratégicos
como los páramos, selvas, planicies captadoras de aguas, deforestación a la que
se suma la producida por la industria maderera, adicionando además los daños provocados
por técnicas controversiales como el
fracking que ya están impactando en Colombia.
Por estas razones, se requiere que tengamos
en cuenta otras fuentes de energía que no generen tales impactos en las
comunidades, que no dañen sus entornos culturales ni religiosos pensando, en el potencial eólico y solar y
biomásico que posee nuestro territorio.D. Energías renovables en territorios apartados y afectados por la guerra.
Muchos de
los territorios afectados por el conflicto armado, coinciden con aquellos
ubicados en zonas apartadas del país donde gran parte no cuentan con
electricidad, como los de las zonas no interconectadas (ZNI), que
equivalen al 52% del territorio nacional e incluyen aquellos
municipios, corregimientos, localidades y caseríos que no se encuentran dentro
del Sistema Interconectado Nacional (SIN) encargado de proveer la mayor parte
de la electricidad en el país.
La implementación de proyectos de energización
rural a partir de energías renovables en estas comunidades afectadas por el
conflicto armado y sin acceso a la energía, podría verse como un medio para
promover el desarrollo de sus territorios, que acompañados de investigaciones y
planes de estudios que busquen el mejoramiento de su calidad de vida en programas
de educación a la comunidad, economías locales, entre otros, serían también un
aporte a la construcción de paz territorial. Pero si bien el llevar energías a
zonas apartadas podría hacerse con fuentes convencionales, esta postura frente
al uso de energías renovables no solo se enmarca en la protección del medio
ambiente sino porque resulta mucho más costo efectivo, dadas sus
características geográficas y su alejamiento de las ciudades principales.III. Conclusiones.
Un panorama lleno de oportunidades en general, se puede indicar que a pesar de las dificultades y dinámicas que puedan surgir en el posconflicto, se presenta un panorama que da la oportunidad para entregar energía y desarrollo a estas regiones que sufrieron el abandono por más de cincuenta años.
Además, que sea un estímulo para impulsar el uso de aquellas fuentes de energía renovable que garanticen el menor impacto posible en las comunidades y la protección del medio ambiente y a la construcción de paz territorial.
IV. Referencias.
Te felicito por tu aporte, Colombia es un País rico en recursos naturales, debido a factores externos no se aprovechan de la manera mas optima, has identificado un punto clave, y es porque no se ha podido hacer uso libremente de muchos recursos.
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