domingo, 31 de diciembre de 2017

Transición energética en Colombia

 Transición energética en Colombia y el atraso que genero el conflicto armado, en las energías renovables no convencionales.

Autor: Fredy Alexander Sepúlveda Vélez (Estudiante, Máster. EERR, Universidad de Jaén)


La transición implica que la producción de la energía del país tenga como principal fuente las energías renovables y reduzca la dependencia al petróleo.
   Las energías renovables representan un escenario favorable en el contexto mundial a futuro que puede garantizar no solo una disponibilidad de energía constante y por ende mayor bienestar, sino aportar a la lucha frente al cambio climático, a la protección del medio ambiente y al fortalecimiento de paz territorial en Colombia.
Son millones de hectáreas que por más de cinco décadas han sufrido las consecuencias de la guerra en Colombia a manos de grupos armados, quienes han dejado un saldo innumerable de muertos, desaparecidos, desplazados y enormes pérdidas económicas. Fue solo luego de cuatro años de negociaciones entre el Gobierno de Colombia y las FARC, la guerrilla más grande del país, que en el año 2016 ante la posibilidad de la firma de un acuerdo de paz con esta guerrilla, se pudo ver una luz de esperanza en medio de una guerra que parecía no tener fin.
I. Introducción.
Pero se preguntarán ¿qué tiene que ver el anterior panorama con las energías renovables? o más bien, ¿cómo la transición energética puede aportar a la construcción de paz y la protección del medio ambiente en ciertas zonas?
La transición energética implica que la producción de la energía de Colombia tenga como principal fuente las energías renovables y reduzca progresivamente la utilización de combustibles fósiles, además de aumentar la eficiencia energética.
II. La realidad energética en Colombia.
 En relación a los problemas ambientales es una realidad de diferentes panoramas. Si bien, Colombia, tiene una producción de energía eléctrica basada en un 66% en hidroeléctricas, lo que conlleva una producción baja de CO2 y metano en comparación a otros países. Según el protocolo de Kioto, Colombia, no está obligado a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Además cuenta con una política en educación ambiental nacional para la protección de los ecosistemas.
 La entrega de armas, desmovilización y posterior concentración de los guerrilleros de las FARC en zonas  de concentración especiales, llamadas zonas veredales transitorias de normalización – ZVTN, ha permitido el acceso a zonas apartadas del país que sufrieron el abandono del estado durante los años de ocupación por estos grupos armados, pero también, ha permitido llegar a aquellas áreas naturales que mantuvieron preservados sus ecosistemas por el control que este grupo guerrillero ejercía sobre el territorio.
Desde un punto de vista favorable, se podría decir que ahora el país tiene la oportunidad de recuperar el control sobre estas zonas, impulsar el desarrollo de las comunidades que habitan en estos territorios y por supuesto, explorar estas zonas y su riqueza ambiental hasta hace poco tiempo desconocida para casi todo el mundo. Sin embargo, también se antepone un gran desafío que es el de resguardar estos territorios de otros actores que amenazan con generar conflictos sociales y ambientales, vinculados con el aumento de actividades que atentan contra la biodiversidad y las comunidades indígenas.
A. El potencial de impulso de la transición energética a nivel mundial, regional y local.
Se puede ver reflejado en los siguientes datos:
Fuente: Gobernación del Meta. 

A nivel mundial:
  •  La transformación de la energía ayuda a mitigar el cambio climático. 
  • Las energías renovables son ahora la fuente más competitiva en costos.
  • Las energías renovables provenientes de las fuentes naturales, ayudan a derribar la brecha de la pobreza energética y entregando algo tan esencial a las comunidades como es, acceder a la electricidad.
 A nivel regional:
  • Los países ubicados en la zona tropical son los que más potencial poseen frente a la generación de energías renovables por ventajas como: mayor cantidad de horas de luz solar recibida durante el día (potencial solar), gran cantidad de vegetación (potencial en biomasa) y variedad de cuerpos de agua (potencial hidráulico y mareomotriz), además de un potencial importante para la energía eólica (viento).
  • A pesar de que América Latina usa más energía renovable que cualquier otra región del mundo, enfrenta retos para generar la electricidad que necesita sin perjudicar uno de los ecosistemas más importantes para el mundo.
A nivel nacional:
  • Colombia tiene un potencial mareomotriz estimado en los 3000 Km de costas de 30 GW, un gran potencial eólico en la zona norte del país en la península de la Guajira y potencial solar que se podría generar en mayor escala en las zonas del Magdalena, la Guajira, San Andrés y Providencia los llanos orientales y una potencia de recursos biomásicos de las zonas de Antioquia, eje cafetero y el Valle del Cauca.
Así que la respuesta que se propone es que gran parte de los territorios y comunidades más afectados por la guerra podrían ver el uso de energías renovables, por un lado, como una manera de disminuir el impacto socio ambiental que generan actividades como la deforestación, la minería y la incursión de grandes proyectos de infraestructura, que en gran medida se relacionan con la producción de fuentes convencionales de energía.
B. Los combustibles fósiles y el compromiso frente al cambio climático.


Si bien Colombia solo es responsable del 0.46% de las emisiones globales de CO2, según un informe de la UPME es considerado el país con mayores reservas de carbón en América Latina y el sexto exportador de carbón del mundo, además de estar entre los 20 países más productores de petróleo que lo posiciona de cuarto en América Latina lo que lo convierte en un gran generador de aportes indirectos a las emisiones globales.
Sin embargo, Colombia en el 2015 se comprometió junto a más de 190 naciones a contribuir a la nueva agenda de desarrollo sostenible representada en los objetivos de desarrollo sostenible y mediante la firma del Acuerdo de París. la reducción del 20% (GEI) con respecto a las emisiones proyectadas para el año 2030, con una posibilidad de aumentar su ambición a un 30% si recibe apoyo internacional, que podría ver representada gran  parte de la disminución de sus emisiones, en su transición hacia las energías renovables no convencionales.
C. La producción de energía, la protección del ecosistema colombiano y los conflictos ambientales.

Si bien es cierto que el conflicto armado contribuyo también a desacelerar y limitar las actividades para la generación de proyectos de energía renovables no convencionales, se toma un ejemplo, la poca extracción de biomasa se debe también en gran parte a la mínima educación o mala información en temas energéticos para poder dar y afrontar soluciones de construcción de grandes y pequeños  centrales energéticas en las áreas rurales y de difícil acceso, muchas de ellas caracterizadas por una alta biodiversidad.
Las actividades de exploración intervención, afectación de ecosistemas estratégicos como los páramos, selvas, planicies captadoras de aguas, deforestación a la que se suma la producida por la industria maderera, adicionando además los daños provocados por técnicas controversiales como el fracking que ya están impactando en Colombia.
Por estas razones, se requiere que tengamos en cuenta otras fuentes de energía que no generen tales impactos en las comunidades, que no dañen sus entornos culturales ni religiosos  pensando, en el potencial eólico y solar y biomásico que posee nuestro territorio.
D. Energías renovables en territorios apartados y afectados por la guerra.


Muchos de los territorios afectados por el conflicto armado, coinciden con aquellos ubicados en zonas apartadas del país donde gran parte no cuentan con electricidad,  como los de las zonas no interconectadas (ZNI), que equivalen al 52% del territorio nacional e incluyen aquellos municipios, corregimientos, localidades y caseríos que no se encuentran dentro del Sistema Interconectado Nacional (SIN) encargado de proveer la mayor parte de la electricidad en el país.
La implementación de proyectos de energización rural a partir de energías renovables en estas comunidades afectadas por el conflicto armado y sin acceso a la energía, podría verse como un medio para promover el desarrollo de sus territorios, que acompañados de investigaciones y planes de estudios que busquen el mejoramiento de su calidad de vida en programas de educación a la comunidad, economías locales, entre otros, serían también un aporte a la construcción de paz territorial. Pero si bien el llevar energías a zonas apartadas podría hacerse con fuentes convencionales, esta postura frente al uso de energías renovables no solo se enmarca en la protección del medio ambiente sino porque resulta mucho más costo efectivo, dadas sus características geográficas y su alejamiento de las ciudades principales.
III. Conclusiones.

Un panorama lleno de oportunidades en general, se puede indicar que a pesar de las dificultades y dinámicas que puedan surgir en el posconflicto, se presenta un panorama que da la oportunidad para entregar energía y desarrollo a estas regiones que sufrieron el abandono por más de cincuenta años.

Además, que sea un estímulo para impulsar el uso de aquellas fuentes de energía renovable que garanticen el menor impacto posible en las comunidades y la protección del medio ambiente y a la construcción de paz territorial.

IV. Referencias.

https://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/colombia-debe-prepararse-una-transicion-energetica-articulo-604060

 Publicado por: Fredy Alexander Sepúlveda Vélez

1 comentario:

  1. Te felicito por tu aporte, Colombia es un País rico en recursos naturales, debido a factores externos no se aprovechan de la manera mas optima, has identificado un punto clave, y es porque no se ha podido hacer uso libremente de muchos recursos.

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