miércoles, 27 de diciembre de 2017

Refugiados Climáticos
Autor: Rafael Dorado Aguilar

En primer lugar me gustaría explicar el por qué de esta entrada que, a primera vista, pudiera parecer fuera de contexto en un blog sobre transición energética.

Hasta el momento, casi todas las entradas del blog tratan sobre cómo perseguir esa transición energética, su evolución a lo largo de los últimos años y las ventajas que acarrearía el desarrollo sostenible de las nuevas energías. Sin embargo, en ninguna de ellas se analizan las consecuencias que podría tener la NO transición energética. Es en este contexto en el que me gustaría que ubicarais esta entrada.

Por este motivo no hablaré aquí de todas las ventajas archiconocidas de las energías renovables o de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), sino que me limitaré a traeros un problema real que ya está sucediendo y que, sin embargo, resulta prácticamente invisible en nuestra sociedad tan desarrollada. Hablo por supuesto de los refugiados climáticos.

En la actualidad es ampliamente aceptado que el cambio climático, así como el calentamiento global, están sucediendo realmente en nuestro planeta y no es algo de origen natural, sino que son las consecuencias del desarrollo insostenible que ha tenido el ser humano a lo largo de su historia. De ahí la importancia de la transición energética, pues es la forma en la que generamos y consumimos energía la mayor responsable de este desarrollo insostenible. Por todo ello espero que lo que viene a continuación sirva como un buen “tirón de orejas” y nos ayude a darnos cuenta de la importancia que tiene realmente cambiar el modelo energético.

En primer lugar es necesario aclarar ciertos conceptos:

Entendemos por refugiados climáticos “aquellas personas que se ven obligadas a salir de sus regiones geográficas por consecuencias derivadas del calentamiento global y del cambio climático”

Sin embargo, se entiende como refugiado “alguien que no puede regresar a ese país por un temor bien fundado a la persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social determinado u opinión política”

Llegados a este punto me gustaría hacer un pequeño ejercicio de memoria con vosotros. En el año 2015 llegaron a Europa más de 900.000 refugiados, la mayoría de ellos huyendo de las guerras de Siria, Afganistán e Irak. ¿Recordáis todos los problemas que esto supuso en las políticas europeas? ¿Recordáis cómo ciertos países se negaban a acoger más refugiados o cómo cerraban incluso sus fronteras? ¿Recordáis los problemas de seguridad ciudadana y terrorismo que se derivaron de todo aquello? Pues todos ellos eran refugiados, reconocidos como tales según el derecho internacional. Según  esto, tendrían derecho a ser acogidos en Europa. Sin embargo, se desataron todos esos problemas que ya conocéis.Y los lectores se preguntarán, ¿qué tiene que ver todo esto  con la transición energética o el cambio climático?

Pues bien, si se analizan las definiciones anteriores, es fácil apreciar que los refugiados climáticos no son en ningún caso reconocidos como refugiados por el derecho internacional (adiós a la posibilidad de acogida en otros países, entre otras muchas cosas). Sólo algunos países los reconocen como tales (¡Bravo por Suecia y Filandia!). ¿Imagináis la locura que se podría desatar en Europa si esos 900.000 refugiados no fuesen considerados como tales? Y muchos dirán, “pero esos eran refugiados, no refugiados climáticos, seguro que la cifra no es tan alta...” Bien, dejaré esa cifra para más adelante, no quiero fastidiaros la sorpresa.

Sin embargo, ahora me vais a permitir ser optimista. Supongamos que en toda Europa se acepta a los refugiados climáticos como refugiados (en el año 2015 aún no se habían reconocido como tales, desde entonces hasta ahora no he encontrado referencia alguna a si esto ha sido modificado o no). En teoría todos tendrían derecho a ser acogidos pero, ¿realmente es esto posible?

La respuesta probablemente sería NO. Prácticamente imposible. ¿Recordáis todos esos problemas por “tan solo” 900.000 refugiados? Según cálculos de ACNUR (la agencia de la ONU para los refugiados) en los próximos 50 años entre 250.000.000 y 1.000.000.000 de personas se verán obligadas a abandonar sus hogares y trasladarse de región o incluso de país por motivos relacionados con el cambio climático. Según estas cifras eso serían unos 5.000.000 de personas al año en el mejor de los casos, más de 5 veces la cifra de refugiados del 2015 (en Europa, las cifras de ACNUR son a nivel mundial). ¿Os imagináis el desastre que sería? ¿Y si añadiéramos que el derecho internacional no los ampara?

Figura 1: comparación de desplazados.

Y a pesar de estas cifras algún lector podrá pensar “pero esas cifras son engañosas, están suponiendo que todo va a ir mal y que no vamos a ser capaces de mejorar la situación y esto no tiene por qué ser así”. ¡Muy bien! Hasta ahí quería yo llegar. Espero que todas estas cifras asusten y lleguen a cuanta más gente mejor para que se den cuenta de lo imprescindible que es la transición energética. Además, estás cifras no salen de la nada, no dejan de ser estimaciones pero a partir de bases muy bien asentadas.

Sin embargo, como se puede no estar de acuerdo con esto último por tratarse de estimaciones, voy a recurrir a la estadística y los registros para daros un último “susto”. Según el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), sólo en el año 2014 más de 19.000.000 de personas tuvieron que abandonar sus hogares por motivos relacionados con el cambio climático. Además, calculan que desde el año 2008 (hasta el 2015 que es el año de la publicación) una persona se ha visto a obligada a abandonar su hogar por los mismos motivos CADA SEGUNDO. ¿Os molestaréis en hacer el cálculo? ¿Sabéis cuántos segundos han pasado desde entonces?

Por otro lado, me gustaría dejaros por aquí un vídeo realizado por WHYMAPSSTUDIO para la fundación COTEC (Fundación COTEC para la innovación). Aunque en el vídeo no se trata directamente el tema de los refugiados climáticos ni de la transición energética sí que tiene muchos elementos en común. Ojalá alguno tenga el interés suficiente como para verlo completo (sé que 15 minutos pueden parecer muy largos pero merecerá la pena), para los que no lo vean completo me basta con que atiendan los dos primeros minutos, que son en los que se trata el tema de los refugiados climáticos (en concreto el minuto 0:55). También es interesante ver cómo los principios de la economía circular son aplicables al sector energético (minuto 9:50)


Por último, sólo quiero deciros que si el vídeo os ha gustado podéis ver más de WHYMAPSSTUDIO en su página web. En estos vídeos tratan una gran variedad de temas, desde asuntos muy espinosos como pueden ser la guerra de Siria o la democracia,  hasta asuntos menos trascendentales, como análisis de videojuegos (assasin’s creed por ejemplo). Lo interesante es que simplifican todos ellos haciendo que sean fáciles de entender sin menoscabar el rigor de la información que transmiten. Además, en todos ellos se realiza un análisis de las implicaciones sociales que tiene el tema en cuestión. Como contrapartida se podría decir que muchas veces omiten información o bien la simplifican demasiado, argumentando en todos los casos que sería imposible hacer vídeos relativamente cortos si no hicieran esos ajustes.


Para terminar, os dejo a continuación toda la bibliografía consultada con los enlaces correspondientes, a los que deberíais echar un vistazo si algo de lo que os he contado aquí hoy ha “sacudido” vuestras cabezas:

  • ·         Fundación COTEC para la innovación: www.cotec.es


Rafael Dorado

2 comentarios:

  1. Muy buen aporte Rafael. Estoy totalmente de acuerdo contigo, esta será una consecuencia al no cambiar nuestro modelo actual, sobre nuestro modelo energético, la economía lineal... No solo hay que pensar en crear energía renovables sino también ser eficiente y con la filosofía de reciclar.

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  2. Debemos tratar de frenar por todos los medios el cambio climático. El problema es que algunos países miran para otro lado cuando oyen hablar sobre cambio climático a los que solo le interesa el crecimiento económico a costa de lo que sea. Sin embargo, el cambio climático tiene un fuerte componente social, es decir, todos y cada uno de nosotros podemos aportar nuestro granito de arena para detenerlo, con gestos tan sencillos como reciclar nuestra basura o apostar por las energías renovables para abastecernos de electricidad por ejemplo (autoconsumo).

    “Mucha gente pequeña
    en lugares pequeños
    haciendo cosas pequeñas
    puede cambiar el mundo”. (E. Galeano)

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